viernes, 27 de abril de 2012

Gira Phersu.

Retomo mi actividad escritora después de un par de semanas de ausencia justificada.

Justificada porque en estas dos semanas he estado siendo parte de la gira 2012 del grupo Phersu de Teatro de la Universidad de Cádiz (importante el dato de la ciudad, anótenlo presentadores de festivales de teatro clásico).

Dos semanas en las que ha habido nervios, tensión y cansancio, pero, por encima de todo, satisfacción. Satisfacción por el trabajo bien hecho, por la recompensa en forma de aplausos y buenas críticas a un año de durísimo esfuerzo, trabajo y sacrificio.

Ahora todo lo que habíais entregado en forma de ese esfuerzo, gente de Phersu, se ha convertido en un magnífico premio. El mejor de los premios.

Se acabó la gira, pero aún quedan actuaciones pendientes aquí, entre los nuestros. Aún tenéis tablas que pisar y públicos que poner en pie. Y ahí estaremos, dándolo todo, porque ya está demostrado que ni los problemas técnicos, ni las distancias, ni tan siquiera la lluvia, puede minar nuestras ganas de hacerlo bien.

Sin más, me pongo en pie, una vez más, y os brindo este aplauso.


"El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana". Federico García Lorca.


lunes, 16 de abril de 2012

Descaros nacionales.

En esta situación de caos económico, recortes y abusos, se están produciendo una serie de sucesos, que me dispongo a enumerar, que, como mínimo, llaman la atención:

- Las voces políticas repiten una y otra vez que los recortes son necesarios. Pero los aplican a educación, sanidad, cultura e investigación en su mayor parte. Otros sectores infinitamente menos necesarios y, sobre todo, que afectarían muchísimo menos al pueblo, como casa real, iglesia, defensa o seguridad ciudadana, no recortan su presupuesto o lo recortan en porcentajes irrisorios. Se cierran plantan de hospitales y se aglomeran a 40 alumnos en una clase, pero no se quita ni un solo furgón de antidisturbios.

- Voces y cargos con infinidad de sueldos elevados (véase Cospedal) piden una y otra vez austeridad.

- Políticos que mienten. No que dicen una cosa y luego disimulan para hacer ver que han dicho otra, no. Dicen una cosa y luego otra antagónica. Y pa'lante.

- El presidente del gobierno espera a aplicar unas medidas, en teoría muy necesarias y que se tendrían que aplicar a la mayor brevedad, a que pasen las elecciones Andaluzas y Asturianas. Juega con los plazos en beneficio de su propio partido.

- Se defiende con fiereza a las grandes multinacionales y se abandona al trabajador.

- El Rey se va a cazar elefantes (cosa ilegal) y se rompe la cadera. El viaje, el safari y la operación corre por cargo del dinero público. Las únicas protestas se centran en que abandone un cargo pseudo-honorífico en una ONG.

- Políticos corruptos se presentan una y otra vez a las elecciones. Y las ganan.

- Se tapan todos los errores de gobierno con la frase de patio de colegio de: "el otro lo hizo más".

Y así un millón de descaros, que seguro tenéis muchos en mente.

Uno tras otro, todos los días, se dicen barbaridades, despropósitos, insultos al pueblo y a la inteligencia del ser humano y, lo peor, lo más horrible de todo esto, es que no pasa absolutamente nada.

Ya está bien de oir tonterías de los que gobiernan. Ya está bien de este abuso continuo.

No llamo a nadie a que salga a quemar contenedores. Ni siquiera es esto un llamamiento hacia la protesta en la calle, que tampoco estaría mal. No, esto es un simple llamamiento a la reflexión, a que se vea y se diga "oiga, usted no puede decir/hacer eso" porque si no, nadie sabe hasta donde podemos llegar.

"Todos locos". Homer J. Simpson.

sábado, 14 de abril de 2012

#14Abril




Hace ya 81 años de aquel 14 de Abril de 1931 en el que quedó instaurada la II República Española. Muchos años, demasiados, quizá alguno pueda pensar que no merece la pena recordar una efeméride tan antigua.

Pero, seamos sinceros, no es una efeméride cualquiera. Es el inicio de una etapa. Una etapa en la que el pueblo español fue llamado a votar por el régimen que quería tener. Y votó. Y eligió: República.

Duró 5 años, 5 años en los que el pueblo español hizo su mayor intento histórico de salir de la desigualdad de clases y caminar juntos hacia un sistema más justo e igualitario.

Hoy es un día de recuerdo. De recuerdo de todos los que hicieron posible aquella utopía, aquellos que la intentaron defender con toda su alma del asqueroso fascismo que acabó por destruirla. Y cuando digo que el fascismo la destruyó no me refiero solo a que la aniquiló en 1939, me refiero también a que en 1975 le dió el último estocazo al sueño de izquierda español nombrando a dedo su sucesor; a un rey. Recuerdo hacia todos los que murieron por un ideal, por un sueño, por su forma de pensar o de sentir.

Hoy es día de recuerdo y de lucha. De lucha porque en los tiempos que corren, día tras día se demuestra que este sistema no funciona. Que esta casa real es insostenible, y que con estas fórmulas y políticas no vamos sino al más profundo de los pozos.

Suenan voces por ahí que hablan de tiempos de cambio. Yo siempre apostaré por el cambio hacia la Tercera.

Feliz día de la República.

"Me entristezco hasta las lágrimas por mi país, por el corto entendimiento de sus directores y por la corrupción de los caracteres. Veo muchas torpezas y mucha mezquindad, y ningunos hombres con capacidad y grandeza suficientes para poder confiar en ellos". Manuel Azaña.

miércoles, 11 de abril de 2012

Paz. Tranquilidad. Conversación.

La conversación alcanzó ese punto mágico que alcanzan las buenas conversaciones en el que las palabras que brotan de los labios de los conversadores, por simples que sean, parecen salidas del libro mejor escrito.

En aquel salón, decorado con muebles antiguos y vitrinas repletas de pequeños utensilios de cocina propios de otra época, crujían los troncos de leña ardiendo en la chimenea, bañándolo todo con ese calor sereno y apacible que lo envuelve todo y te contagia de una paz tan inexplicable como absoluta.

Con el crepitar de la leña como música de fondo se deslizaban las palabras entre aquellos cuatro amigos. Recordaban tiempos ya muy pasados. Y lo hacían como más claro se recuerda el pasado.

Levantaban levemente la cabeza para fijar su mirada en el perdido infinito, entornaban los ojos y dejaban que el fuego del hogar y el pasado brillaran en sus pupilas. Cuando encontraban entre la multitud el recuerdo apropiado para contar, se les arqueaba la sonrisa y lo sacaban con la mayor de las dulzuras, aunque no fuera un recuerdo dulce.

Los cuatro amigos tenían ya la media sonrisa encajada en la boca y se escuchaban los unos a los otros con el respeto y la elegancia más increíble que jamás se vio.

Escuchaban las mismas historias y anécdotas de cada reunión, se las sabían de memoria, pero ninguna historia es demasiado larga, demasiado pesada ni demasiado repetitiva, si el que la cuenta es un buen narrador. Y en aquel punto, los cuatro lo eran.

Pasaban las horas y la conversación parecía no decaer ni aburrir a ninguno de los presentes. Corrían el licor y los buenos recuerdos por aquel salón. Aquel salón que nunca vivió una paz tan solemne e imperturbable.

Dicen que lo más grande de la vida son los pequeños momentos, este es uno de esos pequeños momentos que se vuelven enormes y es, efectivamente, lo más grande de la vida.