Se dio cuenta una noche, tras apagar la luz y quedarse a solas con sus pensamientos, de hasta donde había entrado ella en su vida. Lo meditó, y un segundo antes de cerrar los ojos sobre su almohada se dijo a sí mismo un premonitorio: "cuidado".
Cuántas noches posteriores pasó maldiciéndose por no haberlo tenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario